Una vivienda imponente, con aire fresco que augura un verano infinito,  que transmite la paz interior en un juego maravilloso que se realiza al interior: espacios amplios para vivir con contemplación y alegría.

 

Redacción: JUAN MANUEL GRANJA

FOTOS: JAG STUDIO

@JAG_STUDIO

Este proyecto a cargo de Paúl Vazquez, de INAI Arquitectura, se encuentra ubicado en la ciudad de Machala. La casa tiene alrededor de 500 m2 cubiertos de interiores. El arquitecto cuenta sobre los inicios de este proyecto: “Los clientes nos habían pedido un espacio completamente plano, pero la topografía del lote era completamente irregular. Además, debía tener algunas necesidades sociales importantes porque tienen dos niños, se requería de espacios sociales para que los hijos jueguen con sus amigos, puedan celebrar fiestas infantiles, etc.”

Para esta construcción fue de suma importancia que el espacio de la casa se pueda comunicar con las áreas exteriores. “El clima en Machala es bastante favorable -dice el arquitecto-, así que necesitábamos lugares de exteriores cubiertos únicamente para protegernos de la lluvia y del sol directo. Una de las cuestiones más importantes es esa vinculación de toda la casa hacia el área exterior. El jardín frontal más bien se lo dejó como un jardín de contemplación, inclusive la vegetación ubicada en este jardín tiene gran magnitud frente a las ventanas, de manera que puedan estas mismas plantas ser un filtro entre las personas que caminan por las aceras o pasan por las calles y el interior de la casa”.

La casa se abre completamente hacia el jardín posterior. Es ahí donde se concentra buena parte de lo relacionado con la vida en comunidad, es decir, se ubicó una mesa de billar, una sala de juegos, un área de BBQ y baños. La piscina se encuentra en el centro de esa área verde y junto a ella hay espacios cubiertos que permite poner mesas y hacer fiestas o encuentros sociales. La piscina, por supuesto, es un núcleo dentro de la casa.

“Es muy, muy importante”, resalta Vázquez: “pensamos que la piscina, efectivamente, debía estar colocada en la parte posterior ya que este jardín es bastante más privado. Este es un lugar en donde podemos estar muchísimo más tranquilos, donde la gente puede estar en terno de baño. Se puede desarrollar una fiesta con cualquier tipo de características. Es un espacio bastante más íntimo, es discreto, no es visible desde ninguno de los otros espacios de la urbanización. La piscina es un elemento que ahora, para la edad de los niños que viven en la casa, se convierte en un motor.

Alrededor de la piscina funcionan todo, está comunicada con todas las áreas sociales: billar, BBQ, patios cubiertos, áreas de comedor y sala. Inclusive, desde el dormitorio máster se tiene una visual hacia la piscina”. Se procuró que la casa mantenga una cromática blanca en casi todos sus espacios. Este color aporta la frescura necesaria para un clima tan cálido y húmedo como el de Machala. “Hay un lenguaje que la gente ha adoptado dentro de esa urbanización, es más o menos clásico, pero nosotros con esta casa lo que buscábamos era destacar. Justamente, hicimos una casa con una connotación bastante más contemporánea”, añade Paúl. En efecto, el diseño de ventanería es completamente diferente al regular, por ejemplo, es un estilo que resalta y destaca en medio de otras casas que tienen más o menos los mismos recursos estilísticos.

La forma de la casa es completamente ortogonal. Esto incluso está acentuado por el material seleccionado: ladrillo pintado de blanco. Complementa el arquitecto: “Buscábamos líneas completamente rectas, logramos que las paredes tengan esta sensación de grandes patas de elefante con sus inclinaciones. Es como un talud, conseguimos que la parte baja se vea mucho más monumental y que, hacia arriba, el volumen de las paredes se vaya haciendo cada más esbelto”.

La idea era lograr una comunicación inmediata entre los dos niveles de la casa. La parte de la circulación está marcada con este material que ingresa: se trata de la madera. Se marca así un anillo completo que divide todos los espacios y señala fácilmente por donde hay que circular. La doble altura del área social coincide con la planta alta, los techos son verdaderamente altos en las áreas sociales y eso brinda una sensación de frescura y de amplitud, de gran magnitud.

Casi no existen puertas, además de aquellas que dan hacia los exteriores. Podemos movernos libremente con muchísima fluidez dentro de toda la casa. En su planta baja, inclusive las comunicaciones que existen entre las áreas sociales y el jardín posterior donde se encuentra la piscina, se producen a través de puertas muy grandes de doble altura, para que se sienta una conexión majestuosa. De hecho, la puerta de acceso principal también tiene esta doble altura y está trabajada en forma de aristas.

En cuanto al manejo de la iluminación, Paúl Vázquez, asegura: “El diseño de iluminación es el cincuenta por ciento del éxito de cualquier vivienda. Permite transformar el espacio de una manera increíble. En planta baja tenemos cristales, también con jardines muy próximos, así que la luz atraviesa las grandes hojas que se utilizaron de la vegetación seleccionada para que también obtengamos unas manchas de sombra y luces matizadas con ligeros tonos verdes de la vegetación, eso es muy interesante”.

El arquitecto Vázquez opina que esta casa, dentro de todo el conjunto de viviendas que ha desarrollado en INAI Arquitectura, podría estar catalogada dentro de las viviendas contemporáneas. El lenguaje es un lenguaje racionalista, un lenguaje moderno. “No es una casa que se la pueda encontrar de forma habitual: tiene una ventanería muy especial, tiene rasgos escultóricos. Yo creo que los arquitectos a la final somos unos interpretadores de los sueños y necesidades que tienen nuestros clientes. El camino es el arte”, concluye Paúl.