… Y se hizo la luz: con perspectiva de diseño, de sostenibilidad y con el alcance creativo de quien explora las infinitas posibilidades del arte que, en sí mismo, todo lo puede.

Redacción: Casas. Fotografía y Dirección de Arte: Alberto Nabij, Kai Kazuto

Tiene 27 años y su desafío creativo está envuelto en sensibilidad para captar las posibilidades artísticas de los materiales de su entorno. Martín Espinosa ha hecho camino al andar: buscaba algo que pudiera llenar su esencia personal ávida de arte, pero que a la vez tuviera un propósito que fuera más allá del impacto sensorial. Estudiar Diseño Industrial fue entonces la respuesta y hoy las inquietudes de vida -y las soluciones- las encuentra en sus manos y en las infinitas posibilidades que le dan los materiales que, a la vez, son su fuente de inspiración. 

¿Cómo empezó tu carrera en el diseño industrial?

Cuando me gradué del colegio, me fui a estudiar Business Entrepreneurship y Management en una universidad en el norte de los Estados Unidos. Es una universidad muy buena para la gastronomía, y la mayoría de mis amigos estaban estudiando para ser chefs. Me inspiraba mucho la pasión que ellos tenían y me di cuenta de que yo no sentía lo mismo por la carrera que había tomado; no veía eso en mi futuro. Eventualmente, decidí que quería algo relacionado con el arte o diseño, pero no sabía exactamente qué. Tenía un amigo que estudiaba en Savannah College of Art and Design (SCAD). Tomé la decisión de aplicar, me aceptaron, conseguí una beca y me transferí. Al principio, empecé a estudiar Marketing -que era un poco más creativo-  y era la transición más suave para mi papá. Ya estando en el SCAD, gracias a un amigo, descubrí la carrera de Diseño Industrial. Era lo que siempre había querido hacer, solo no sabía que era algo que se estudiaba. Es una carrera súper amplia porque se puede aplicar para diseñar cualquier cosa, desde destornilladores, lámparas hasta el diseño de llantas.

Háblanos un poco sobre tu experiencia trabajando en empresas high-end en Nueva York. ¿Cómo influyó esta experiencia en tu enfoque y estilo de diseño?

En el 2020, en plena pandemia, me gradué de diseño industrial con un minor en diseño de muebles. Me mudé a Nueva York -sin trabajo- a ver a dónde me llevaba el destino. Mi primer trabajo fue en una empresa de lámparas que se llama Roll and Hill; ahí estaba encargado de armar y conectar lámparas, y así empecé a ganar experiencia en el mundo de las lámparas. Mientras estaba en este trabajo, actualicé mi hoja de vida ya que Roll and Hill tiene buen nombre en el mundo del diseño y apliqué a empresas en las que para mí era un sueño trabajar. En diciembre de ese año, me llamaron de Apparatus Studio, una empresa también muy reconocida en el mundo del diseño y después de un proceso largo de entrevistas me dieron el trabajo como Associate Designer. 

Nueva York es una ciudad en la que hay mucha competencia, y tienes esta presión de tener que estar constantemente demostrando que eres el mejor en lo que haces. Eso, sumado a que el mundo del diseño es un mundo en el que tienes que estar actualizado sobre las tendencias constantemente. He logrado experimentar con muchos tipos diferentes de materiales, la mayoría de ellos reciclados: como piedras, arcilla, diferentes metales. No sé si puedo definir mi estilo con una palabra, pero creo que las piezas que he hecho son como futuristas industriales. 

De todas tus obras, ¿hay alguna que consideres tu favorita? 

De todas las piezas que he hecho, hay una en la que estoy trabajando actualmente. Es una pieza de mármol que estoy tallando de un pedazo de mármol reciclado de una empresa que ya no lo iba a usar por fallas de calidad. Estoy explorando el material; es un material mucho más fuerte que con el que trabajo usualmente, como la cerámica, y he estado tantas horas trabajando en esta obra que creo que ya tengo un apego emocional (entre risas).

¿Cuál es  el proyecto más importante en el que has trabajado hasta ahora? 

Es justamente el proyecto en el que me encuentro trabajando actualmente. Estoy trabajando para una empresa mucho más pequeña que la anterior y estoy involucrado en todos los aspectos, no solo en el del diseño. Y, ser parte del proceso de crecimiento de una compañía en la que hay tanto que se puede hacer y estar involucrado en áreas en las que no había trabajado antes, como la venta y la parte de estrategia del negocio, entre otras áreas, me ha hecho aprender un montón. 

¿Cómo defines tu estilo? 

Como artista, es difícil definirme con un estilo. Me gusta un montón explorar con diferentes materiales. Viviendo en NYC, tienes todo lo que quieres en tus manos, pero también todo es muy costoso. Entonces, me he enfocado en usar materiales que fueron medio trabajados o desechados. La mayoría de las obras que he sacado por mi cuenta han sido de materiales reusados. Poco a poco he ido creando una “familia” de piezas en las que se puede identificar figuras circulares con detalles, trabajadas en cerámica o aluminio.

¿Qué te inspira a la hora de crear nuevas obras? 

La inspiración surge en función del material con el que voy a trabajar, con lo que tengo en mis manos. A partir de ahí, comienza el proceso creativo para mí, ya que la mayoría de las veces prefiero utilizar materiales que iban a ser desechados para darles una nueva vida. Mis referentes en el mundo del diseño son Isamu Noguchi y Alexander Calder.

Trabajas en Nueva York, pero  ¿cómo ves el panorama del diseño industrial en el Ecuador en comparación con otros lugares del mundo? 

Siento que en Ecuador hay mucho potencial, gente muy talentosa y una increíble mano de obra en diferentes materiales. Creo que es importante que, como ecuatorianos, nos demos cuenta de que es un lujo tener una mano de obra como la que tenemos; en países más desarrollados esto se ha perdido completamente. Creo que se debe apoyar a estos artesanos, y crear productos de calidad y eventualmente llegar a mercados extranjeros. Dar a conocer que somos un país con mucha riqueza artesanal. Que los artesanos reciban una paga justa por su trabajo y ayudar a que se conozca ese trabajo en otras partes del mundo. Me encantaría poder colaborar con algunos artistas ecuatorianos en el futuro y mostrar piezas de diseño ecuatoriano al mundo.

Has colaborado con otros profesionales reconocidos del diseño y la arquitectura. Cuéntanos más: 

Tuve la oportunidad de colaborar con Arielle Assouline Lichten, una diseñadora neoyorquina y fundadora de la marca Slash Objects (@slashobjects). Trabajamos juntos en un proyecto para Design Week, el cual fue finalista en la categoría Interior Design del año. Actualmente, estoy emocionado por dos proyectos en los que estoy trabajando con personas a las que admiro mucho. Uno de ellos es con Rodolfo Agrella, un diseñador latinoamericano que lidera la empresa Rads, con quien estamos desarrollando algunos proyectos muy interesantes. Por otro lado, con la empresa nueva que mencioné antes, estamos por lanzar una línea de lámparas en enero.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes diseñadores industriales que están comenzando su carrera?

Que no tengan miedo de perseguir lo que realmente les apasiona y que lo hagan con intención. En relación al mundo del diseño, creo que es fundamental concientizar sobre los procesos de producción, considerar el ciclo de vida del producto y evaluar el impacto ambiental de lo que están creando.

Has tenido la oportunidad de exponer tu trabajo en diferentes lugares del mundo. ¿Podrías compartir con nosotros algunos de los eventos o lugares donde has presentado tus obras? 

He tenido la suerte de exhibir algunas de mis piezas en galerías notables, como 1000 Vases en Milán y París. En Milán, tuve la oportunidad de conectar con personas del mundo del diseño, incluida la persona con la que actualmente estoy colaborando en la colección de lámparas que lanzaremos en enero. Conocer a personas que comparten tus mismos intereses te permite construir una red en la que constantemente estás aprendiendo y siendo inspirado por quienes te rodean. Además, siempre es increíble observar el trabajo, los procesos y las técnicas utilizadas por otros artistas.