Arquitectura Diseño Made In Ecuador

#CasaQuito Un búnker entre árboles

Inesperada desde cualquier ángulo, esta casa, de dimensiones perfectas, se oculta entre el paisaje, creando una experiencia arquitectónica como ninguna otra.

Como miembros activos (o no tan activos) de una sociedad construida con base en reglas de interacción, expresión y comportamiento, la gran mayoría de las veces solemos actuar por imitación, ejerciéndola como una estrategia de supervivencia, en un mundo que nos pide siempre parecernos al otro para ser aceptados. Así, y entre otras cosas, nuestras vestimentas se parecen y nuestras moradas también. Sin embargo, siempre hay al menos una persona que desea celebrar aquello que la hace única y en el camino hacia ese deseo se encuentra con artificios que le permiten “blindar” su esencia del escrutinio e influencia externas.


Algo así fue lo que le pasó a la principal habitante de esta casa: “Lo que la dueña quería era desaparecer del contexto. La vivienda está ubicada en una urbanización de Cumbayá, con jardines y detalles perfectitos y ella lo que tenía era un terreno súper arborizado y silvestre que daba a la quebrada. La idea fue mantener intacto el espíritu del lugar” cuenta Gonzalo Diez, de la reconocida firma arquitectónica Diez + Muller Arquitectos, equipo que diseñó esta casa a la que llamaron Casa entre Árboles y que el año pasado recibió una Mención de Honor en el Premio al Ornato Ciudad de Quito.
Para muchos de los vecinos del conjunto en el que está ubicada, esta casa es una especie de espejismo. Todos saben que existe; todos ven algo; pero no saben bien qué es y solo unos pocos han tenido la suerte de entrar y ver por ellos mismos la belleza que se oculta tras el vidrio y el hormigón. Sala, comedor, cocina, lavandería, dos estacionamientos cubiertos y dos cuartos conforman estos 150 metros cuadrados (aproximadamente) en un terreno de alrededor de 2500 metros cuadrados. Esta aparente desproporción podría sonar para muchos como un absurdo. Pero quien vive en esa casa, una mujer yogui, lo quería exactamente así. “Al no tener un programa funcional y programático muy elaborado (algo que te piden normalmente en las casas, que tenga mil espacios…), pudimos atacar más por el lado conceptual” anota Gonzalo.


El objetivo principal era hacer una vivienda que se perdiera en el entorno, que pasara desapercibida y tuviera su independencia completa. “Sé que hubo vecinos que durante el proceso de construcción estaban espeluznados. Decían: ¡qué es este búnker horrible! Pero justamente esa era la idea, que fuera una casa diferente. Y no era que no quisiéramos que nos vieran porque talvez no les gustara. Era que en nuestro terreno queríamos despejarnos completamente de esta urbanización que es sumamente estructurada. Queríamos sentir que, por más que entraras a este conjunto con un estilo consolidado, al atravesar la entrada de esta casa te ibas a encontrar con un entorno completamente nuevo y silvestre. Esta creación fue súper polémica en el barrio. Hasta que un día una vecina entró y dijo: ¡pero si ha sido hermosa!” relata Gonzalo, entre risas.
Por la topografía del terreno, se buscó que la casa tuviera un solo piso y que estuviera semi-enterrada hacia la parte de la calle, de manera que casi no fuera percibida desde afuera. Al estar la casa parcialmente incrustada en el terreno, la cubierta se volvió totalmente accesible desde uno de sus puntos y se transformó en una especie de mirador semi-vegetal. “La cubierta no está diseñada para ser una terraza. Es un área súper natural. Está cubierta con coco y elementos vegetales. Pero si quieres subir treinta personas ahí y tener una reunión, puedes hacerlo porque está hecha con una loza sumamente resistente” explica Gonzalo.


Una de las sorpresas más impactantes que ofrece esta creación es el hecho de que una vez atravesada su parte “oculta”, la construcción se abre completamente hacia la vista y se proyecta hacia la quebrada. “Cuando llegas a la casa no te esperas eso, porque es bastante ciega hacia el frente. Pero el momento en que entras, se abre esta vista panorámica espectacular. Y eso es posible por la morfología de la casa, que es como una estrella, o más propiamente, como un búmeran, en donde tienes el área social hacia el centro y los dormitorios a ambos extremos. Todo esto confluye en un espacio de porche que une toda esta forma de búmeran en un porche triangular, donde encuentras un espacio social exterior con chimenea” describe Gonzalo y agrega: “Más allá de la parte técnica de trabajar con un terreno de topología agresiva, el mayor reto fue plantear el diseño y el concepto. Tuve la suerte de tener una súper clienta que ha tenido mucho contacto con la arquitectura y el arte. Ella me comunicó sus necesidades y me dijo lo que estaba buscando en términos de estilo de vida”.


En cuanto a su materialidad, la casa está compuesta por un envolvente de hormigón (un símbolo de conexión con la tierra y la contención que esta provee), en su área más “enterrada” y vidrio que se vuelve permeable hacia las áreas de la vista. Este envolvente de hormigón se enmarca en dos elementos de cintas metálicas donde se sostiene toda la estructura: cielo raso, loza superior e inferior y sistemas de iluminación. El piso es de hormigón pulido y hay detalles de madera que aparecen en el porche y continúan hacia las circulaciones de los dormitorios, así como elementos de gypsum en el tumbado que le otorgan calidez al diseño interior.

La cubierta vegetal y la abundancia de árboles mantienen equilibrada la climatología.
No, esta casa no es un búnker. Pero la autonomía creativa sobre la que se asienta y la fuerte y clara declaración de autenticidad y libertad contenida al interior de sus muros hacen que, de muchas maneras, funcione como tal.