La cadena hotelera inglesa abrió su primer hotel en París hace pocos meses y, desde entonces, el Hoxton se ha transformado en un imperdible de la capital francesa. Ubicado en la Rue du Sentier en el 2o arrondissement, en un antiguo barrio industrial, su historia se remonta al siglo XVIII, cuando fue construido por el arquitecto Nicolas d’Orbay para Etienne Rivié, un asesor de Louis XV. Luego, se convirtió en una fábrica de ropa y permaneció vacío durante 10 años, pero tras cuatro años de construcción, The Hoxton ha revivido esta increíble propiedad con 172 habitaciones.

Diseñado por el estudio parisino Humbert & Poyet (dormitorios), en colaboración con Soho House (espacios públicos) y Ennismore’s Creative Studio, al igual que con los otros hoteles de la cadena ubicados en Londres y Amsterdam, la historia del edificio y las calles y escenas que lo rodean influyeron enormemente en la estética del diseño. La clave fue modernizar por completo la construcción, respetando su esencia.

Las habitaciones destacadas en la planta baja tienen imponentes techos altos y tinas de pie, mientras que en el ático hay tres habitaciones desde donde se puede ver la Torre Eiffel.

Catalogado como monumento histórico, al igual que la Torre Eiffel, el Louvre y Notre Dame, entre otros, el hotel consta de tres edificios y la parte más antigua se encuentra al centro, entre dos patios. Muchos elementos originales fueron rescatados tras la remodelación: dos escaleras de caracol con más de 300 años de antigüedad, las columnas de hierro originales descubiertas en el edificio han sido reutiliza- das y se pueden encontrar apoyando la escalera en el vestíbulo y en el pasillo entre los patios. Lo mismo sucedió con los azulejos originales del siglo XVIII, que han sido reubicados y restaurados para crear un llamativo mosaico debajo de Jacques Bar, y las vigas de madera del techo del siglo XVIII han sido expuestas en algunas de las habitaciones del cuarto piso. Así se celebran las características originales del edificio. El restaurante atmosférico Rivié, por su parte, a través de un estilo clásico y sofisticado, adopta los aires de una brasserie francesa con un toque moderno. Las características clave del diseño incluyen paneles de madera, barras de mármol, paredes enlucidas desgastadas y acogedores asientos.

Como es usual con la cadena The Hoxton, el foco se centra en el local, con piezas inspiradas en algunos de los diseñadores de iluminación y muebles más emblemáticos de Francia en todo el hotel. El estudio de arquitectura Humbert & Poyet estuvo a cargo de la decoración de las 171 habitaciones

El lobby, en tanto, es otro de los espacios más destacados, ideal para descansar luego de un día de caminata y conversar con los otros huéspedes.

La grandeza histórica del edificio también se res- pira en las habitaciones, a través de cornisas, paneles y pisos de madera de roble recuperado; pero, al mismo tiempo, rinden homenaje a la década de 1950 con referencias a diseña- dores como Jean Prouvé y Mathieu Matégo. Las habitaciones se distribuyen en 5 plantas y en 4 categorías: Shoebox, Cosy, Roomy y Biggy. Las destacadas en la planta baja tienen imponentes techos altos y tinas de pie, mientras que en el ático hay tres desde donde se puede ver la Torre Eiffel.

The Hoxton vuelve a sorprender y se espera que prontamente abran sus puertas The Hoxton Portland, Los Ángeles y Chicago. Si bien cada hotel tiene su propio carácter, no importa la ciudad porque Hoxton es sinónimo de cultura local, ambiente cautivador y diseño que sorprende.