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TACURI.. O la casa de los algarrobos

Esta casa le pertenece a los árboles. Desde esa concienciación, el humano que la habita y que la diseñó partió para construir una obra que se mereció el Premio al Ornato 2019. POR: PAULINA TERÁN / FOTOS: BICUBIK

Ellos ya etsaban aquí mucho antes que nosotros. Así que pensé: Por qué no hacer una casa entre esos espacios vacíos” recuerda Gabriel Rivera de Gabriel Rivera Arquitectos, quie diseñó la casa, para habitarla después. Este año, obtuvo el primer lugar el la categoría Nuevas Edificaciones Destinadas a la Vivienda Unifamiliar, en el Premio al Ornato “Cuidad de Quito”.

Está ubicada en la zona de Tacuri, en Nayón, un lugar intermedio, que se encuentra privilegiada ubicado a diez minutos de la capital y, en donde, sin embargo, ya se respira una vida campestre. ” Yo viví en Nayón desde los dieciocho años. Luego viví en Quito y siempre quise volver a Nayón. A este lote lo busqué durante años; cuando lo vi por primera vez me impresionó ver que estaba repleto de árboles de algarrobo” relata.

El terreno sobre el que se contruyó tiene una pendiente positiva, lo cual facilitó la distribuición de los niveles, desde un sentido lógico. Así, los paruqeaderos se mantuvieron en el nivel inferior y la vivienda, como tal, se ubicó en un nivel superior. ” La casa tiene tres volúmenes. El primero, que da a la calle, está destinado al área social y el dormitorio máster. El segundo, perpendicular, en la planta alta, es un volumen de descanso en donde se encuentra la sala de televisón.

Y el tercer volumen está destinado a una especie de estudio, el mismo que cierra una especie de C, con una pared lateral que divide la casa con la del vecino y además delimita el patio central” explica Gabriel. Esta última área de la casa, el patio, es precisamente la mejor lograda, en su opinión. “La tipología con la que llegamos es una reinterpretación del patio central típico de las viviendas del Centro Histórico de Quito” observa Gabriel.

Otra de las áreas mas sorprendentes se encuentra justo enla articulación del volumen frontal y el volumen de descanso. Ahí está la cocina y hay una pequeña salita exterior. “Para respetar a un arbolito que estaba ahí, hicimos un hueco en la loza y el árbol creció por ahí. Ver cómo este tronco atraviesa la loza y ver, desde el dormitorio, cómo siguió creciendo, hasta hacerse enorme, hace de este espacio sumamebte especial” dice Gabriel.

Dos aspectosa destacar e una construcción son el uso de materiales y la coherencia arquitectónica con la que fue levantada. En cuanto a los materiales, fueron pensados para apoyar la arquitectura; se escogieron aquellos que ayudaran a entender mejor el proyecto. Entre ellos, están el hormigón visto, en todas las lozas; unas columnas metálicas redondas, que son tubo reciclados y que permiten que el recorrido por la casa sea más fluido (además de tener cierta relación o similitud con la forma de los árboles) y finalmente el vidrio. “Casi todas las fachadas son de vidrio. La idea era que no hubiera límites demasiados específicos. Estos nos permitió delimitar la casa desde una idea un poco ambigua, lo cual resulta muy interesante.

También incluimos teca. Con eso forramos todos los volúmenes de servicio” cuenta Gabriel, llevándonos al siguiente punto notable de la casa; su coherencia. “No necesitas ver el plano para entender. Además de estos elementos de teca que señalan los servicios, tiene otras cosas que cumplen también las funciones de señalar espacios, como el piso de mármol travertino: en el primer volumen tiene un sentido, en el segundo otro y en el tercero otro.

Además, toda la casa fue modulada. No hay un retazo ni desperdicio. Esto también nos permitió que todas las puertas de vidrio puedan correrse y apilarse dejando el espacio abierto, lo cual también es muy interesante” explica el arquitecto. En cuanto al diseño interior, estuvo a cargo de Gabriel y su esposa y se puede decir que es un diseño que parte de los afectos y que han sido un proceso que se tomaron con calma y que han ido disfrutando enormemente. “Es como un pequeño museo en donde vas poniendo, poco a poco, piezas que han sido importantes piezas que tienen historia para nosotros, así como otras que hemos ido coleccionando viajes” cuenta.

El mueble que mejor expresa la carga emocional del diseño interior es un gran librero que Gabriel heredó de su tío abuelo, el escritor ecuatoriano Vinicio León Mancheno. El mueble como tal, así como los libros que lo ocupan son muy antiguos y son verdaderos tesoros para el”. Y con esta carga emocional y todas las sensabilidades que provocan se cierra el recorrido por una casa a la que verdaderamente podría describirse como mágica, fluida y, definitivamente, magistral.