Los sofás de un intenso azul, el gran mueble de cobre, la mesa de centro de mármol y fierro, son los mejores exponentes de una “puesta en escena” original y llena de carácter que da la bienvenida a esta casa decorada por Francisca Varela. Como ya había trabajado para la misma familia, conocía bien sus gustos y ante este nuevo encargo contó con absoluta libertad. “El 2015 hicimos la casa de la playa de este cliente y quedaron felices con el resultado.
Así que a fines del año pasado nos pidieron decorar la casa que estaban construyendo en la ciudad. Confiaron en nosotros y nos dieron mucha libertad para trabajar. como ya habíamos trabajado juntos fue muy fácil interpretarlos nuevamente. En lo único que pusieron énfasis fue en tener espacios limpios y funcionales para una casa con niños”, explica Francisca y acota que al partir desde cero, se planteó una propuesta completa donde “todo conversa y congenia a la perfección”. El punto de partida fue dejar espacios limpios, modernos, funcionales y sobre todo acogedores. “Para lograr un resultado distinto al de la playa, quisimos dejar esta casa más urbana y con mucha onda”, cuenta la decoradora. El principal desafío, sostiene, fue lograr decorar una casa completa, con lo que realmente querían y con un presupuesto más limitado que la vez anterior. “Esto nos obligó a usar el doble la creatividad, a priorizar y a buscar alternativas que cumplieran el objetivo y que fueran igual de lindas y originales”.
Una de las apuestas que llama la atención al ver la decoración de esta casa, especialmente en el living, es la mezcla de materiales. “Nos encanta fusionar y, en general, tratamos de evitar la monotonía en los espacios. Es entretenido romper esquemas y alejarse del composé. En este caso particular, los materiales se sostienen porque se complementan entre ellos. Cada elemento necesitaba del otro para lograr el resultado que queríamos. No cualquier cliente tiene la personalidad para tener una mezcla de materialidades en su casa y aquí logramos hacerlo porque les entusiasmó tomar el riesgo”, comenta Francisca.
La mayor innovación fue, sin duda, el mueble de cobre que diseñó para en el living y la apuesta por el azul fuerte con que fueron tapizados los sofás. “El azul calzaba muy bien en este proyecto, porque como el living era muy grande y no queríamos poner tantos muebles, necesitábamos un elemento que aportara fuerza y que además de funcional fuera objeto de decoración. Nos costó convencer al cliente de que optara por el terciopelo azul, pero cuando lo vio, le encantó y nos agradeció haberle insistido”, sostiene la diseñadora. La combinación con el mármol de la mesa de centro y los arrimos laterales, además del mencionado cobre, funciona muy bien. Todo complementado con obras de los artistas Tere Ivanovic y Tan Vargas.
En el comedor, por su parte, se eligió una fotografía para protagonizar el espacio donde destaca la mesa de madera y las sillas Vienna negras. En los dormitorios, en tanto, son los materiales nobles como el lino y la madera, los que le dan un carácter muy puro a los espacios.
Se trata de una casa en la que se respira creatividad, buen gusto y una gran dosis de arrojo.