Esta casa fue pensada para ser vivida y disfrutada. es muy funcional y su estilo es muy actual” explica Paola Cesa, diseñadora del proyecto, quien se incorporó desde los planos, para intervenir en los acabados de la propiedad: puertas, enchapados, pisos, etcétera. la practicidad y comodidad primaron a la hora de crear cada ambiente. Los materiales nobles marcaron la estética del lugar. se buscaba generar un ambiente cálido, cómodo y natural, pero también elegante y sofisticado. la madera fue el protagonista máximo, con incursiones de mármol y piedras semipreciosas, ubicadas estratégicamente. las paredes se convirtieron en el principal atractivo de la casa: en ellas se usaron enchapes de raíces exóticas españolas, seleccionados conjuntamente por los dueños y la diseñadora.
El metal también fue uno de los elementos principales: acero inoxidable, aluminios fundidos con acabados de pan de plata, dándole mayor énfasis al plateado. Con los metales se lograron, además, piezas magistrales dentro de la casa.
En cuanto a la paleta predominante, la tendencia fue la monocromía: tonos blancos, con degradación a grises y con acentos en azul, tono predilecto de los dueños; cromática que le otorga una personalidad arrolladora a la vivienda.
Igual que en la vida, en donde se construyen los momentos sobre bases imperfectas, el diseño alcanzó brillantes aciertos que partieron de fallas de origen y que Paola supo aprovechar y transformar en rincones de gran belleza. “Para empezar, el mayor acierto, en este y todos mis proyectos, es saber escuchar a los dueños de casa, para que se sientan felices en el lugar que habitan. esto se logró como resultado de muchas reuniones” empieza aclarando la diseñadora.
Partiendo de esa premisa básica, Paola superó algunos obstáculos que hicieron a la búsqueda estética más rica e interesante: “la disposición adecuada de los muebles en la sala fue un verdadero reto, ya que esta se encuentra estrechamente relacionada con las áreas exteriores y había que cuidar la circulación entre ambos espacios” relata Paola. La cava es otro ejemplo. en un principio estuvo pensada como algo muy sencillo, pero fue cobrando vida propia y convirtiéndose en algo cada vez más importante, dentro de la escala general de la casa, por lo que hubo que darle más espacio y atención y sacrificar un jardín interior en el proceso.
“En la cava está todo tan bien engranado que fluye armónicamente. en esa área, se logró crear una sinergia casi palpable” observa Paola.
Grandes logros en el baño de visitas y el comedor también fueron producto de un error natural: “el baño social estaba justo debajo de las escaleras y provocaba un ángulo defectuoso. se decidió rehacer todo el diseño del tumbado: creamos uno nuevo con formas angulosas y siguiendo ese mismo patrón, se diseñaron los muebles y una mampara lateral. ¡Quedó espectacular!. De esa falla surgió una creación fabulosa. se aprovechó con iluminación, con los mármoles y con esa volumetría triangular tan especial” dice la diseñadora.
En el comedor, en cambio, la pared principal estaba atravesada por la puerta de acceso a la cocina. entonces, lo que hicieron fue eliminar esa puerta y en su lugar se colocaron tres espejos biselados, enmarcados en metal, fundido en pan de oro, con varias cuadrículas biseladas, para dar amplitud y profundidad. “este fondo entre el enchape, el metal y el espejo le otorgó un look fascinante al comedor” comenta.
Así se completa la búsqueda orgánica de una vida más cómoda y agradable, en donde la fluidez es la regla y la exaltación estética el máximo ideal.