

POR: MARÍA JOSÉ TROYA C. FOTOS: CORTESÍA MUSH
La sostenibilidad es un estilo de vida, afirma Fátima Arregui quien, junto a Andrés Neira y Renata Estrada, han enfocado su atención en las soluciones que se pueden aportar dentro del diseño, para lograr un consumo más equilibrado y armónico con lo natural. De ahí que surgiera Mush. Una empresa biotecnológica de diseño que nace desde la academia con tesis relacionadas en residuos de la dinámica urbana, biomateriales locales y espacios interiores comerciales basados en la sustentabilidad y economía circular. Para ellos, el diseño es la forma de revolucionar los espacios interiores basados en el pensamiento de la naturaleza. Generar redes interconectadas y nutritivas que aporten tanto a los habitantes del espacio interior en su salud y bienestar como del cuidado de los recursos al elegir productos sostenibles en la vida diaria.
¿Es posible vivir y convivir con un diseño eco-sustentable?
Si, la sustentabilidad es un estilo de vida. Nuestra empresa propone una reestructuración en la forma de habitar nuestros espacios interiores introduciendo de a poco, elementos de origen biológico que generan ambientes armónicos, revitalizantes, frescos y sanos. La transformación de las ciudades tiene un impacto directo en la manera que consumimos. Por tanto, valoramos y entendemos el equilibrio, las proporciones, la simetría, los colores, la acústica y demás estímulos sensoriales como enfoque para crear productos que interactúen con las personas y que generen un acercamiento a vivir conectados naturalmente.
¿Es viable desde lo económico? ¿Desde lo funcional?
Esto se basa mucho en la economía circular. Se recuperan resi- duos agroindustriales locales que de otra forma terminarían en vertederos o incinerados. Sin embargo, para nosotros es materia prima. Luego son transformados con la inteligencia de hongos particulares para constituir materiales en tiempo récord y ahorro
de agua. Gracias al diseño se convierten en productos responsables con características de ligereza, confort termoacústico de texturas agradables a la vista y al tacto facilitan la experiencia de habitar espacios armónicos que mejoran la productividad, disminuyen el estrés y al final de su vida útil son fácilmente compostables. Nuestra misión es construir casas con hongos y brindar alterna- tivas reales al mercado llenas de identidad local. En el mundo, la tecnología de hongos sorprende: Ecovative es pionera en realizar empaques de alto impacto, Mycoworks trabaja con cuero de hon- gos de alta gama y existen ataúdes y urnas que alimentan la tierra como es el caso de Loop.
¿Qué tan sustentable es el material como tal?
Los materiales y diseños de hongos aportan hasta el 87% de reducción de huella de carbono y energía por la incorporación de materiales para la construcción verificado por PCNA, en 2022. Por ejemplo, en el Casas Project 2024 fueron utilizados 60kg de hongos entre mobiliario, luminaria y arte que equivale a la reducción de 170kg de CO2 emitido frente al plástico PS. Además, respecto a la huella hídrica frente al cemento reduce 73.08% por cada litro.
Reducir el uso de plástico significa cuidar la estabilidad de los ecosistemas marinos que son el motor de los sistemas globales que hacen de la Tierra un lugar habitable para los seres humanos.
Además, representa el medio de vida de más de 3000 millones de personas gracias a la biodiversidad marina y costera.
Cuidar del agua significa poner frente al problema de la escasez de agua que afecta a más del 40% de la población mundial, cifra alarmante que se eleva con el aumento de las temperaturas globales producto del cambio climático. Cada vez más países experimen- tan el estrés hídrico, se estima que al menos una de cada cuatro personas se verá afectada por la escasez de agua recurrente para 2050. (ODS, 2024). Mush, por ejemplo, produce 100 kg de hongos en 50m2, evitando el uso de tierra desmedido que puede llevar a la deforestación y degradación del suelo, por cada kg de hongo producido se captura el 80% de carbono mensual.

Ahora, ¿qué tan beneficiosos son para la tierra?
Los hongos son clave en la descomposición de la materia orgá- nica y tienen el rol fundamental de intercambio de nutrientes esenciales para las plantas en su desarrollo. De igual manera son descomponedores de contaminantes químicos complejos siendo importantes aliados en la lucha contra la degradación ambiental. ¿Cuéntanos más del proceso de sus muebles y accesorios?
La tecnología de vanguardia que utilizamos se basa en el micelio, el cuerpo vegetativo de los hongos en sustratos hechos de resi- duos agrícolas. El proceso inicia en laboratorio con protocolos de cultivo efectivos con cepas particulares de hongos, de manera que, el micelio de los hongos actúa como goma que se expande creando materiales compuestos que, gracias al desarrollo, hemos aprendido a diseñar las propiedades resultantes.


La inspiración para su empresa está, entonces, en aquello que se vive a diario…
Sí; y por el profundo amor a la natura- leza. Además, por los beneficios que trae este sistema: la presencia de la naturaleza en el espacio interior, a nivel físico, logra bajar la presión sanguínea y el ritmo cardiaco redu- ciendo el estrés, mientras que a nivel cognitivo mejora el compromiso y la atención mental (Terrapín, 2017). Además, por la preocupación de la cantidad de residuos que genera la construcción. El estudio Carbo- no incorporado en el sector de la construcción en Europa concluye que, en promedio un edificio emite a la atmósfera entre 600kg y 1000kg de CO2 por cada m2 a lo largo de todo su ciclo de vida asociado a los materia- les y procesos de construcción (Röck, Martin, 2022). Por ejemplo, en Ecuador, se producen 1400m3 de escombros diarios de escombros equivalente a 280 volquetas que en volumen llenan un estadio de fútbol (EMGIRS,2021).