Debes sentirte feliz de habitar en él y debe resultarte funcional. El resto es imaginación y gusto personal. El closet es un espacio íntimo, que recorremos cada día, donde soñamos y exploramos hasta dar con nuestra mejor versión de look.
Entrar en él, sentir tanto su materialidad así como la textura de las prendas, es una experiencia sensorial, para muchos deleitante. Por eso, el consejo más importante quizás sea así de simple: ten un closet que te invite a quedarte en él y no a salir corriendo.
Lo primero que se puede hacer como punto de partida es limpiar el closet, es decir, deshacerte de todo aquello que no uses. No importa la razón: por talla, modelo, estado de la prenda o simplemente porque ya no te gusta, la regla de oro es que si no utilizaste una prenda durante seis meses, esa prenda nada tiene que hacer en tu closet. Entonces, la limpieza no tiene que ver precisamente con mantener el lugar libre de deshechos y polvo, sino con mantenerlo libre de prendas inútiles. Hecho esto, manos a la obra. Define el tipo de closet que quisieras. Criterios como iluminación, materialidad, ventilación son importantes.
Criterios como iluminación, materialidad, ventilación son importantes. La organización también, y en este aspecto, será decisión personal si disponer las prendas por colores, por tipo de prenda, por temporada o cualquier otro elemento clasificatorio. La clave es no perder de vista la organización y la funcionalidad.
En estas páginas, desarrollamos un recorrido por distintos espacios dedicados a nuestra ropa y accesorios. Un espacio sobrio, que permita a cada prenda destacar con luz propia es una opción. Aquí la linealidad del diseño toma fuerza y a la vez cede espacio al contenido. Una opción distinta es elegir un diseño vibrante que transmita frescura. Allí la sensación de habitar un lugar con vida propia que dialoga con las prendas es la propuesta. Jugar con el color y con lámparas llamativas aporta personalidad y carácter.
Otra de las opciones es destacar los materiales nobles y naturales. Una celebración a la madera. Estos closets transmiten un aire clásico, a veces cierta rusticidad, pero siempre el resultado es acertado.
En cuanto al espacio, si es amplio, los closets permiten jugar con islas de cajonería, una opción versátil y moderna. Si, por el contrario, es pequeño o tipo pasillo, puertas corredizas pueden ayudar a optimizar el espacio y hacer que luzca limpio y ordenado. Finalmente, como la creatividad mueve montañas, crear un closet a manera de tienda de lujo es una opción inspiradora. En estos casos, se puede desarrollar un concepto y un hilo conductor en el diseño, convirtiendo el lugar en uno de exhibición y placer.