Más de un año de planificación y decisiones cuidadosamente pensadas dieron como resultado una casa ideal, desde cualquier punto de vista: planificación extrema, equilibrio estético, espacialidad inteligente y practicidad son los mayores aciertos en su diseño.
El propietario de la casa hizo todas las planchas arquitectónicas y Ana María Hanze tuvo a su cargo los acabados y el diseño interior. Los dueños de esta propiedad trabajan en la industria de la construcción; tenían una idea extremadamente específica de lo que querían y se lo hicieron saber a Ana María desde un comienzo.
“Fue un proyecto que se empezó desde cero y a la par. Apenas estuvieron las planchas arquitectónicas listas, nos involucraron. Inclusive comenzamos a diseñar antes de que empezaran a construir” explica la arquitecta y diseñadora. Así, todo lo que se escogió durante la construcción de la propiedad estuvo determinado por una visión futura, por la idea ya desmenuzada de cómo querían que fuera su vida allí. El diseño eléctrico se hizo de acuerdo al amoblamiento; las tomas se colocaron en función de qué muebles se iban a iluminar, los colores de la cerámica se pensaron para que combinaran con las telas de los muebles… “Fue un proyecto que quedó súper lindo, porque se hizo con mucho tiempo. Es como deberían realmente trabajarse todos los proyectos, sino que normalmente el cliente espera a que esté terminada la casa para después fijarse en el diseño interior” explica Ana María.
La casa es descrita por ana María como “transicional”, por estar a medio camino, entre lo contemporáneo y lo tradicional. el término resulta acertado no solo desde lo estilístico, sino también para describir su esencia. Manejar con inteligencia y precisión cada paso, cada etapa, cada transición fue crucial y determinante para materializar esta casa.
En cuanto a su estilo, la vivienda tiene una arquitectura contemporánea. Es una casa que a pesar de tener líneas rectas y forma cubicular, es muy cálida, por los materiales que utilizaron al levantarla. En cuanto al interiorismo la casa es contemporánea, y tiene también muchos elementos tradicionales, como en las sillas, por ejemplo, o en los tapices de la pared, que se inclinan hacia lo vintage. “Por eso, yo te diría que es una casa ́transicional ́, porque está en medio camino entre lo contemporáneo y lo tradicional” explica Ana María. “Él (el dueño), siendo arquitecto moderno, disfruta de materiales como el cemento, el metal negro, la madera natural y la piedra. Su esposa, en cambio, es súper femenina. Entonces, hubo que encontrar un balance entre los gustos de ambos. Lograrlo fue arduo. Quería que los dos se sintieran contentos con el resultado. Eso fue lo más complicado, pero también lo más interesante. Por eso se ve que hay muchas telas con flores, aunque, por ejemplo, los muebles sean cuadrados. Todas las piezas parece mentira por más sencillas que fueran, tuvieron este razonamiento de encontrar el equilibrio perfecto entre lo masculino y femenino” confiesa Hanze.
El término transicional resulta acertado para describir a este diseño, no solo desde lo netamente estilístico, sino también desde su identidad, su esencia. Manejar con inteligencia y precisión cada paso, cada etapa, cada transición fue crucial y determinante. La casa se asumió como un todo desde el comienzo y, por lo tanto, los planos de la misma no se detuvieron solamente en el diseño de las áreas como tal, sino que existe el plano de todo lo que en ella habita, de cada mínimo detalle: “Ellos son clientes súper, pero súper, exigentes, porque también trabajan en esto. Entonces, por ejemplo, cuando diseñamos los muebles, todos debíamos entregarlos dibujados, con el detalle de cómo los íbamos a construir, de cómo se iban a ensamblar las patas. Ellos querían prueba en papel de que iban a tener un mueble de calidad y a su gusto” asegura Ana María.
Algo que cabe destacar es que las piezas fueron diseñadas y ela- boradas por el propio equipo de Hanze, con elementos locales, en su mayoría. “Lo interesante de esta casa es que fue 100% hecha en Ecuador, solo las telas son importadas. Es una casa que al verla tú pensarías que hay muchos muebles importados, porque se ve de calidad internacional, con un look muy lindo, que puede salir en cualquier revista. Pero no; tú puedes conseguir una casa aquí, con elementos locales, sin necesidad de traer un conteiner o salir del país” anota Ana María, orgullosa.