Entrar en este apartamento, ubicado en uno de los lugares más costosos y exclusivos del planeta es toda una experiencia. La sensación que a una le embarga no es rápida e intensa. Por el contrario, es inevitable sentir un gran respeto por este lugar en el que, claramente, cada detalle ha sido pensado desde un concepto estrictamente delimitado: el del glamour intocable, inalcanzable para la mayoría de mortales, ajenos a la élite de la Riviera Francesa.
En una propiedad inusualmente grande para una zona tan cara y exclusiva (el departamento está ubicado en plena playa de Larvotto, la más representativa de la zona de Mónaco), Emil Humbert y Christophe Poyet decidieron crear un espacio único, que, sin perder la discreción, incluyera elementos icónicos y generara su propia versión del célebre “Riviera lifestyle”.
El edificio se construyó en los años setenta, con una fachada de mosaico en cerámica, el mismo que plantea, desde un inicio, un punto de inspiración para la estética interior del apartamento: imágenes representativas de Mónaco, Palm Springs y Palm Beach. Para lograrlo, los diseñadores combinaron elementos del estilo francés de los años cincuenta con mobiliario vintage italiano.
La sobriedad mesurada se impone en el diseño, con breves incursiones en el color brillante, el papel tapiz con patrones vistosos, inspirados en la naturaleza, y exteriores sobrecogedores del Mediterráneo. Lo primero que se ve al entrar en este lugar es la preciosa colección de espejos, diseñada por los propios Humbert & Poyet. La vista, después, viaja casi inmediata e inevitablemente, hacia los candelabros de pared por Safarti Jeanneret; se destacan también dos sillas que expresan la alianza entre los estilos italiano y francés, estilos que juntos conforman la esencia estética de este apartamento.
La sala, que tiene una extensión de 60m2, está llena de objetos y muebles innovadores que, sin embargo, no opacan al resto y se mimetizan con el ambiente general, sin resultar obvios, forzados ni demasiado exquisitos. Desde el lobby de estilo Art Deco, pasando por el piso de terrazo y el personal del edificio, ingeniosamente ataviados para sus labores, el edificio ofrece ascensores privados que conducen a este departamento.
El reto principal de este pro yecto fue conseguir una adecuada mixtura de bellísimas piezas de mobiliario del Siglo XX, proveniente de galerías francesas, con piezas contemporáneas, hechas a la medida de esta propiedad particular. Humbert & Poyet logran que el espacio se mantenga fiel al encanto particular de la zona en 380m2 de construcción y 100 m2 de balcón.