Expandiendo la conciencia
Ella propone. El otro decide si sumergirse o no en la experiencia. Si lo hace, la obra de arte está consumada. De lo contario, no existe. ¡Bienvenido a la retrospectiva: Universo Libre de Yoko Ono (Tokio, 1933)! La pionera del arte conceptual y participativo.
Busca en las paredes. Encontrarás textos cortos, unos más largos, extremadamente íntimos, poéticos. Son instrucciones de la mismísima Yoko, la razón de ser de su puesta en escena en Ecuador. Leerás instrucciones como: “Repara con cuidado. Mientras lo haces piensa en reparar el mundo”. Frente a ti encontrarás dos mesas largas repletas de los pedazos de lo que alguna vez fue una vajilla blanca, tijeras, cinta adhesiva y soga. Mientras intentas reparar, tus sentidos se conectarán con el video en blanco y negro en el que Yoko, sentada en el piso, serena, es despojada de sus prendas a punta de tijeras, “cut” (1965).
¿Qué repararías? ¿A quién repararías? ¿Cómo repararías? ¿Por qué repararías? Las piezas vueltas a la vida se exponen en largos estantes blancos. Una sala más lejos, un rostro legendario: el de John Lennon (Sonrisa, 1968). El film fundido en tonos vintage nos comparte una ligera transición de sus labios, que de planos se curvan hacia arriba para esbozar una sonrisa. La instrucción: “Pásate una semana riendo” (Pieza Risa, 1961).
¿Cumpliste las instrucciones? Entonces la obra de arte es una rea- lidad, la empatía entre la artista y el espectador ha dado forma a una pieza que rebasa los preceptos de la simple materialidad y expande la conciencia. Coautoría.
En Universo Libre, la artista invita a atravesar momentos trans- formadores en la relación con nosotros mismos y con los demás. Nos conecta, sin pretenderlo, con su espíritu visionario, que ya desde hace más de 60 años buscaba comunicar a través del arte su activismo alrededor del feminismo, el pacifismo, el ecologismo, temáticas con una fuerte resonancia en estos tiempos, en los que el ser humano se ve en la necesidad de reconectarse con ellos por supervivencia, por evolución. Esta exposición, con la curaduría de Gunnar B. Kvaran y Agustín Pérez Rubio, es creación y destrucción a la vez. Son 50 obras que incluyen objetos, instalaciones, videos, films y registros sonoros creados desde la década de 1960.
Resurgiendo es quizás una de las propuestas más intensas. Las mujeres latinoamericanas, víctimas de la violencia de género, están invitadas a emprender una catarsis. Con un testimonio escrito de su experiencia y el retrato de sus ojos pueden sumergirse en un encuentro sanador, desafiante, políticamente intenso, que espera, junto a la artista, convertirse en libro. Su frase de invitación: “Ten coraje, ten rabia, estamos todas juntas”. Como parte de la muestra, también estará en escena el Evento Agua, basado en la filosofía budista que compara la vida humana con el agua y el cuerpo humano con un recipiente. En 1971, Yoko invitó por primera vez a un conjunto de artistas a participar en este evento en el Museo Everson de Siracusa (Nueva York). Hoy, en Ecuador, ha convocado a doce artistas latinoamericanos, seis de ellos ecuatorianos: Tania Bruguera, Pablo Cardoso, Jenny Jaramillo, Manai Kowii, Runo Lagomarsino, Hernán Marina, Teresa Margolles, Amalia Pica, Manuela Ribadeneira, Paúl Rosero, Óscar Santillán, Tercerunquinto, con la consigna de que produzcan una obra-recipiente capaz de llevarle agua a las personas, ya sea para sanar su mente o para reconocer su valentía para manifestarse.