Son 650 metros cuadrados de calidez. Adentro todo luce abrigado, efecto de la madera que está por todas partes y que se mezcla con metales nobles. La casa de diseño interior HUMBERT & POYET es la autora de esta obra maestra en donde las características excepcionales de los materiales orgánicos se elevan a otro nivel. Sin embargo, todo lo que se gesta en el interior cobra sentido cuando se sale al balcón; desde este espacio de descanso que cuenta con una silla de exterior y textiles imponentes como el terciopelo, se aprecia la magnífica vista: montañas blancas y nieve que se apodera de los techos de las casas suizas y de la vegetación.
HUMBERT & POYET, fundada en 2008, se caracteriza por inyectar en sus proyectos su pasión por el diseño y la moda, que evoca inevitablemente estados emocionales. Sus decoraciones están marcadas por un lujo que se sumerge en los detalles de la vida cotidiana.
En este caso en particular, el efecto en el interior luce contemporáneo pero atemporal. Las texturas por doquier, en techos, paredes, pisos y accesorios, crean un efecto gráfico envolvente. Las grandes vigas en el cielo raso y la madera en las paredes es nada más y nada menos que madera recuperada de granjas abandonadas, que lijada y renovada, cobra ese apariencia rústica, cruda y única.
Los espacios son monumentales, definidos por la estructura arquitectónica tradicional. El corazón de la casa de campo es la escalera, que une los tres pisos y está dispuesta al interior de una jaula vertical de madera y bronce.
En la sala principal resaltan la piedra y la madera natural. El suelo está recubierto con roble teñido de marrón oscuro, en contraste con la chimenea diseñada por HUMBERT & POYET de caliza azul con acabado martillado y la mesa de centro de latón pulido en tono dorado. Aquí, la calidez se consolida con la puesta en escena de tejidos coloridos en terciopelo y cachemira con pieles excepcionales.
La cocina es un espacio especial, con una caída de techo que da la sensación de una cueva natural, en la que se albergan hermosos detalles como los armarios a medida en un tono azul ligero, y una cocina de época con un imponente extractor a medida en latón martillado. Las sillas de terciopelo verde complementan la mesa de mármol de carrara y patas de madera pintadas.
Por toda la casa se aprecian muebles antiguos y se desplaza la colección de arte del propietario con colores oscuros que le dan intensidad a los rincones. Muestra de esta magia es el comedor, en el que una imponente pintura en rojo enciende el espacio. En el rincón destaca una pieza de colección: la lámpara de pie Stilnovo, de estructura de acero lacado y base mármol de ATELIER 55.
En las habitaciones impera esa sensación nórdica, discreta- mente salvaje. El cabecero de las camas es de madera teñida de negro con inserciones de latón pulido. Los tonos oscuros se entremezclan con las texturas de las cubrecamas en coyote, a juego con los pufs en piel de cordero tibetana blanca al pie en el dormitorio principal.
Quizás una de las habitaciones que denota el lujo intenso de este proyecto es el baño, con suelos en mosaico de mármol de Nero Marquina y parquet de Carrara, más parquet de roble negro. Las paredes se alzan en mármol. Las tuberías tienen acabado de oro antiguo con el fregadero en mármol azul de Calacatta y puertas con paneles de roble ahumado.
Gimnasio, zonas de descanso, armarios de gran formato, lavandería… todas están perfectamente concebidas en medio de un diseño que evoca el pasado, lo ultra moderno, sin miedo alguno por mezclar motivos que nos sumergen en una aventura visual, de hecho, absolutamente sensorial.